viernes, 25 de julio de 2008

LA VIDA ES ELEGIR

Manuel Rodríguez Salazar
Educación Trascendente # 337
Junio 4, 2006
Después de estar inmerso nueve días completos impartiendo clase estoy convencido que valdría la pena hacerlo la mayor parte del tiempo, porque soy el que más aprendo por las remembranzas y reflexiones que obtengo de interactuar con los alumnos. Un alumno comentó sobre la frustración que (normalmente) surge cuando no se es elegido para una promoción. Me recordó una experiencia que tuve en un taller hace 28 años. El instructor le decía a un participante (que imaginara) que (el instructor) tenía en una mano un helado de chocolate y en la otra uno de vainilla. A continuación le preguntaba ¿cuál eliges?. El participante decía chocolate y el instructor contestaba ¡equivocado!. Nuevamente le repetía la misma pregunta y el participante decía vainilla y otra vez la respuesta era ¡equivocado!. El proceso, aparentemente ilógico, continuó por un rato largo hasta que finalmente el participante contestó ¡YO ELIJO chocolate! El instructor dijo simplemente ¡correcto! Con esa interacción concluyó ese taller que se llamó “EST” (se anunciaba como: Las 90 horas que transformarán tu vida). Todo lo que experimentamos durante el taller se dejaba a que cada quien descubriera lo que pudiera encontrar. No se daban explicaciones o razones de lo que nos forzaron a experimentar. Digo forzaron porque el brillantísimo (Werner Erhard) diseñador de ese taller (EST en latín significa SER, EXISTIR) se dio cuenta (creo) que las explicaciones o argumentos, por amplios que sean, no generan cambio en la mayoría de personas (algún filósofo romano dijo “nadie puede pretender enseñar a nadie”). Pensó que la manera de cambiar para SER era confrontando, para obligar a la persona a pensar y reflexionar por ella misma. No sé si la idea la concibió leyendo sobre Sócrates pero, en lo personal estoy absolutamente de acuerdo. Aprender a vivir no se puede enseñar. Sólo uno mismo, a veces, con los años, lo va descubriendo... casi siempre tarde. No tengo duda que la mayoría somos expertos en echarnos a perder la vida porque no hemos crecido lo suficiente como seres humanos, porque no aprehendimos a tiempo que efectivamente la única causa de todo lo que a mí me pasa soy yo, y, consecuentemente, yo soy el que decide cómo me siento en cada momento de mi vida. Si regreso al comentario sobre las emociones negativas que normalmente se tienen al no ser promovido, esas emociones son consecuencia de haber elegido tenerlas. Hay otras elecciones posibles. Entre otras, si fuera mi caso: seguir dando lo mejor de mí mismo; seguir preparándome; disfrutar lo que tengo – incluyendo tener trabajo; confiar en que a la larga, uno siempre cosecha lo que siembra y sobre todo, no permitirme emociones negativas pues, invariablemente, tienen consecuencias contraproducentes. Obviamente cualquier “problema” puede manejarse así. Jerry Jampolsky, a quien tuve el privilegio de conocer, escribió: “No es la situación la que te causa estrés, son tus pensamientos, y los puedes cambiar aquí y ahora. Puedes elegir estar tranquilo (y feliz) aquí y ahora. La paz (y la felicidad) es una elección y no tiene nada que ver con lo que los demás hagan o piensen.” Los resultados que uno obtiene en la vida son siempre la consecuencia de las elecciones / decisiones que tomamos. Si aceptamos ese hecho, debiéramos ser extremadamente cuidadosos e inteligentes (conscientes) sobre qué decidimos en los momentos críticos que enfrentamos. He llegado a la conclusión de que, al final, uno descubre que todo sucedió para bien. Algunas frases relevantes al tema: “Aunque nuestra falta de atención puede contribuir a no sentirnos totalmente bien, también tenemos el poder para elegir comportamientos (actitudes) y respuestas positivas. ¡Con esa elección cambiamos nuestra experiencia misma de la vida!”Greg Anderson “Sé miserable. O motívate a ti mismo. Lo que hagas es siempre tu elección.”Wayne Dyer “Cada elección que haces tiene un resultado final.”Zig Ziglar “Toda persona tiene libertad de elegir. Es libre para obedecer o no las leyes naturales. Tu elección determina las consecuencias. Nadie nunca en el pasado (o en el futuro) escapa a las consecuencias de lo que elige.”Alfred Montapert “Somos los únicos responsables de lo que elegimos y tenemos que aceptar las consecuencias de cada acto, palabra y pensamiento en nuestra vida.”Elisabeth Kubler-Ross “Necesitamos enseñar a la siguiente generación de niños desde el PRIMER DÍA que ellos son responsables de sus vidas. El mayor regalo de la humanidad – y también la mayor maldición – es que tenemos libre albedrío. Podemos elegir partiendo del amor o del miedo.”Elisabeth Kubler-Ross “Vive tu sueño tomando elecciones deliberadas, no solo reaccionando a lo que la vida te pone en el camino.”Marcia Wieder “El hombre se hace o destruye a sí mismo. Eligiendo bien asciende. Como un ser con poder, inteligencia, amor, y dueño de sus propios pensamientos, tiene la llave para cada situación.”James Allen “No son elecciones, sino hábitos lo que rige al rebaño irreflexivo.”William Wordsworth “Lo difícil en la vida es elegir.”George Moore “La inquietud de espíritu es parte de la vida; los problemas se presentan uno tras otro y en resolverlos encontramos nuestro mayor placer.”Kart Menninger “El dolor viene como el clima, pero disfrutar es una elección.”Rodney Crowell “No puedes evitar todos los sentimientos negativos. Tampoco puedes esperar experiencias positivas todo el tiempo. La Ley de Elección Emocional nos dirige a aceptar nuestros sentimientos, pero también a rehusar quedarnos atorados con los negativos.”Greg Anderson “No tienes elección sobre cómo pierdes, pero puedes elegir cómo prepararte para regresar y ganar.”Pay Riley
¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!

LO QUE RESISTES, PERSISTE

Manuel Rodríguez

Educación Trascendente # 419
Junio 22, 2008

Escuché una conferencia de Guy Finley: “Abraza los desafíos que se te presenten”. Tiene conceptos que me parecieron muy valiosos. Algunos puntos de los que habla:

Desde edad temprana empezamos a enfrentar situaciones que no nos gustan, que nos desagradan en distinto grado. Finley menciona “noches oscuras”, circunstancias que no podemos manejar; de momentos en que sentimos que algunos eventos tuvieran un tremendo peso (“físico”) sobre nosotros; de presiones que nos parecen intolerables. Cuando se presentan, quisiéramos tener el poder para desaparecerlos o huir de ellos.

Cuando enfrentamos problemas que consideramos “inmanejables” o cuando sucede algo que no es lo que esperamos o desearíamos, automáticamente los rechazamos; los resistimos; los evitamos; buscamos culpables. Son experiencias que pueden causar ansiedad o miedo, siempre rechazo. Con frecuencia “solucionamos” nuestros problemas reaccionando. Por ejemplo, cuando éramos niños, podíamos llevarnos nuestros juguetes a otro lado. Como adultos la reacción puede ser cambiar de empresa, de trabajo, de suegra, etcétera. A este tipo de decisiones siempre les encontramos una explicación muy “racional”, sin que sea raro culpar personas o circunstancias. La justificación puede ser algo como: “Tengo toda la razón para estar enojado o para haber hecho lo que hice o …”.

Los “fenómenos” anteriores son reales y pueden tocar fibras muy sensibles para algunos. La mayoría los hemos experimentado. Me causó tristeza cuánto nos echamos a perder la vida por ignorancia, por no haber aprehendido sobre cómo vivir bien.

Remontándome a mi distante pasado, recuerdo momentos en que recogí mis canicas o mis huesitos de chabacano y me fui a casa porque algo no me pareció de mis compañeritos. Y de adulto por supuesto que he enfrentado mi cuota de situaciones desagradables. Algunas las sufrí estoicamente y sobre otras “pinté mi calavera”, como decíamos los niños en el antiguo México. Es decir, huí de ellas para buscar otros escenarios.

Mensajes que rescato de la conferencia de Finley:

Podemos llegar a ser una clase de seres humanos que, independientemente de lo que encaremos, nunca lo veamos como demasiado grande para manejarlo.
Todo lo que enfrentamos es para nuestro bien o, dicho de otro modo, no hay mal que con bien no venga.
Estamos “gobernados” por nuestras reacciones incluyendo la típica de “volar o luchar”.
Con frecuencia rechazamos / nos oponemos a la vida, a lo que ya es. De ahí la enormidad de la frase, atribuida a Jesucristo: Lo que resistes, persiste.
Al resistir damos más fuerza a lo que rechazamos. Por ejemplo, el miedo genera más miedo.
El mundo es como es porque tú y yo somos como somos.
Vivimos inconscientes la mayor parte del tiempo.
“Atonement”, definido por Finley como “ser uno con el todo”. Cualquier forma de resistencia es rechazar / negar que somos uno con el todo. (Curiosamente, buscando en un diccionario la palabra atonement, encontré que Yom Kippur es el día del “atonement”, el día de la expiación).
La solución nunca es resistir. Cualquier cosa que empujamos, a su vez empuja contra nosotros. La solución es abrazar / aceptar los problemas y las cosas que no deseamos. Abrazar los problemas es, como alguna vez comenté en estas notas, aplicar la técnica de las artes marciales: aprovechar su fuerza para llevarlos al lugar que queremos, el que nos conviene. No rechazar los problemas, en mi experiencia, hace que se solucionen más rápido.
El camino es amar lo que se nos presenta en la vida en cada momento de ahora. Lo inteligente es nunca resistir sino ponernos en “atonement”, sentirnos unidos al todo.
Finley dijo en su plática: “No habrá oscuridad cuando nada de lo que enfrentes sea demasiado como para que no la abraces / ames. Mientras no lo hagas estarás en una carrera que jamás podrás ganar”.

Lo apropiado, lo inteligente, es estar consciente de lo que está pasando en nosotros en cada momento de ahora. Estar consciente transforma. La reacción de resistir es consecuencia de no estar en el momento de ahora. Es estar inconsciente.
Guy Finley es dado a inventar cuentos. Esta plática la termina con uno en que había dos reinos. El de la Bondad y el de la Ceguera. En este último todos sus habitantes eran ciegos. Los reinos estaban separados por un abismo y un río de luz. Un dragón de piedra enorme impedía que el río de la luz llegara al reino de la Ceguera. Un día el rey de la Ceguera convocó a un concurso para acabar con el dragón. Todos los contendientes, con armaduras, lanzas y espadas terminaron “tostados” por el fuego que les lanzaba el dragón. Finalmente el rey ofreció la mano de su hija al ganador.

Un joven sin armadura ni escudo ni armas llegó junto al dragón. Todo el mundo lo observaba. Momentos después, el dragón empezó a desmoronarse. De su corazón emergió un pegaso blanco de luz.

Cuando el rey preguntó al joven qué le había dicho al dragón para que se desmorona, éste contestó: “Sólo le dije, permíteme darte un abrazo de amor”.

“No hay remedio para el amor sino amar más.”
Henry David Thoreau
¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!