martes, 16 de diciembre de 2008

HÁBITOS DEL BUEN LÍDER

HÁBITOS DEL BUEN LÍDER
Educación Trascendente # 442
Diciembre 14, 2008
Manuel Rodríguez Salazar

A cualquier persona, independientemente que ocupe o no un puesto de mando (y para quien es padre de familia), le debiera interesar:

 Obtener el respeto de quienes lo rodean (familia).
 Que sus ideas se escuchen, se acepten y se pongan en práctica.
 Que las personas en su entorno busquen su apoyo para solucionar problemas.
 Ser reconocido como persona y como profesional.

Las anteriores son algunas de las reacciones / comportamientos que produce el buen liderazgo, el liderazgo que inspira a colegas / colaboradores (familia) y que, paralelamente, produce utilidades superiores a las que alcanzan compañías en donde el liderazgo es simplemente “promedio”. Como todos sabemos, en la época que estamos viviendo, reviste máxima prioridad lograr los mejores resultados posibles en las organizaciones de toda índole.

Las siguientes son algunas habilidades del líder que genera los comportamientos arriba listados:

DECISIVIDAD / SENSIBILIDAD. Los líderes deben captar la atención de sus colaboradores y describirles cuidadosamente qué resultados deben producir en su trabajo. La decisividad (asertividad o firmeza) unida a una excelente sensibilidad interpersonal, forman una mancuerna poderosa de habilidades que facilitan exponer situaciones con un enfoque de ganar – ganar; proporcionando criterios precisos sobre qué objetivos alcanzar y, a la vez, motivar / comprometer genuinamente a los colaboradores para hacerlos realidad.

La decisividad no es agresividad, característica que a veces se observa en personas con mando (especialmente aquellos que se sienten presionados por llegar a determinados resultados). La agresividad significa, en el ámbito organizacional, ser muy demandante, imponer metas y hasta, sutilmente, intimidar, rasgos típicos del estilo autocrático, maneras de ser que algunos jefes, a veces, equivocadamente, interpretan como necesarias. La agresividad nunca funciona favorablemente, excepto por períodos breves.

Por estas razones, es inteligente “domar” la agresividad (que en ocasiones nos “pide el cuerpo”) y desarrollar o acrecentar las habilidades de decisividad / sensibilidad, las que, cuando se aplican equilibradamente, generan los resultados que deseamos con motivación elevada de los involucrados, de los que están a cargo de operar / ejecutar.

EMPATIA. La habilidad de ponernos en “los zapatos de otros” es crucial en el manejo de la inteligencia emocional. Es un rasgo que aplicamos constantemente. La empatía permite entender los puntos de vista de otras personas. Está íntimamente asociada a cualidades como humildad (soberbia es la antítesis), a escuchar profundamente, a tener apertura, sensibilidad, paz interior y a la poderosa actitud de amar a los demás. Se redondea al explicar qué es lo que comprendemos, así como evidenciando nuestro interés por los demás. La empatía o la falta de ella la perciben claramente quienes nos rodean y da lugar, invariablemente, a consecuencias positivas o negativas.

Vale la pena detallar los siguientes indicadores de comportamiento de estilos básicos definidos por Bill Reddin, creador del liderazgo situacional.

ESTILO RELACIONADO
• Escuchar
• Aceptar (aunque fomente no se coincida con las ideas o puntos de vista que otros expresan)
• Alentar
• Confiar
• Aconsejar ESTILO INTEGRADO
• Participar
• Interactuar
• Motivar
• Integrar (intereses)
• Innovar
ESTILO SEPARADO
• Examinar (documentos)
• Medir
• Administrar
• Controlar
• Mantener (sistema en marcha) ESTILO DEDICADO
• Organizar
• Iniciar
• Dirigir
• Completar
• Evaluar

Reddin decía que no hay un estilo gerencial ideal (en oposición a la teoría previa más difundida sobre estilos gerenciales de Blake y Mouton que decían que el estilo ideal era el 9.9, “democrático”); que el estilo más efectivo era el que mejor satisfacía las demandas de la “situación” que en el momento se enfrentaba. De ahí justamente llamarlo liderazgo situacional.

Una extraordinaria recomendación para mejorar el liderazgo y actuar menos en “automático” (inconscientes de nuestro comportamiento) es mantener permanentemente en mente la pregunta:

“¿CÓMO DEBO COMPORTARME EN ESTA SITUACIÓN?”…
y aplicar los comportamientos que procedan del cuadro anterior.

Por haber impartido cientos de veces el tema de efectividad gerencial y empowerment y por practicarla largo tiempo, sé que la pregunta funciona muy bien y se llega a hacer hábito.

Asimismo, sé perfectamente que los estilos básicos que aplican predominantemente las personas que ocupan puestos de mando son el SEPARADO y el DEDICADO y que el estilo RELACIONADO (¡cuando se demanda¡) se aplica mucho menos de lo hace falta y se necesita.

El estilo relacionado (repito cuando la situación lo demanda) ayuda a desarrollar colaboradores, a potenciar sus capacidades y a crear una relación de respeto y confianza hacia el superior jerárquico, al sentirse escuchados, asesorados y, por ende, hacerlos sentir bien.

Nuevamente es el momento de impulsar el liderazgo en nuestras organizaciones.
¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!