lunes, 27 de octubre de 2008

EL PODER DE LA FE

Educación Trascendente # 436
Octubre 26, 2008
Mensaje Semanal
Manuel Rodríguez Salazar
Uno de los 600 receptores de esta nota semanal – además de excelente amigo – me envió estos pensamientos de Wayne W. Dyer:

Rodéate de personas con energía elevada

“Elige estar cerca de personas poderosas, que apoyen tu sentido de conexión y tu intención, que vean la grandeza en ti, individuos que crean en Dios y cuya vida evidencie que el Espíritu celebra a través de ellos”.

Leerla me hizo recordar una novela que leí hace unos cuarenta años. El título era algo como “Fuego de Primavera”. Uno de los personajes secundarios era un poeta sin dinero que sobrevivía, gracias a la bondad de la dueña de un restaurante, que le permitía dormir en su local a cambio de limpiarlo cada mañana. En un momento la propietaria comentó a un conocido: “Lo que este hombre escribe en una página, a un escritor le requiere todo un libro”. Esa es la profundidad que aprecio en lo expresado por Wayne Dyer, un triunfador en el sentido amplio de la palabra.

William Smith dice en su poema “¿Quién es un poeta?” (2007):

“… Lo que hace diferente a un poeta de las demás personas es su habilidad para poner sus sentimientos y emociones en verso. Los poetas pueden traer lágrimas a tus ojos y un nudo a tu garganta… Todo lo que hace falta para escribir es la habilidad para expresar tus sentimientos y emociones; la urgencia de escribir; la inspiración para poner las palabras en orden apropiado y el amor por la palabra escrita.”

Separo las frases de Wayne Dyer para expresar, en muchas palabras, lo que interpreto:

Elige estar cerca de personas poderosas. Sin excepción, toda persona nos influye, para nuestro bien o para nuestro mal; nos agigantan o enanizan; nos inspiran o deprimen y sobre todo, nos hacen creer en nosotros mismos. Por eso el sabio proverbio “Dime con quien andas y te diré quien eres.”

Que apoyen tu sentido de conexión y tu intención, que vean la grandeza en ti. Cuando otros creen en uno, “emiten” una vibración poderosa que, al “sentirla”, propicia que uno se transforme, que rompa cadenas y creencias limitantes y a dar lo que ni uno mismo hubiera pensado que podía dar (cuando lo analiza posteriormente). Por supuesto que esos “apoyadores fuera de serie” pueden hacerte sentir y actuar como cíclope, como lo que siempre pudimos haber sido. (Los juicios en este párrafo son mis suposiciones).

Individuos que creen en Dios y cuya vida evidencie que el Espíritu celebra a través de ellos. La fe es un poder extraordinario que, si puede mover montañas, también puede permitirnos lo que a todas luces parecería imposible. ¿Por qué es posible caminar descalzo sobre brazas al rojo vivo, terminando sin una ampolla? Porque aunque no se menciona específicamente la palabra fe, quienes lo hemos realizado, tuvimos una creencia firme de que podíamos hacerlo y, además, disfrutarlo intensamente. Fe viene del latín “fides", que significa creer. Se dice fe divina cuando se cree en Dios.

En la Biblia (Mateo 17: 19-20), los discípulos preguntan a Jesucristo:

“Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera (al demonio)? Jesús respondió: “Por vuestra poca fe; porque les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: Trasládate de aquí a allá", y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes”.

Obviamente no sabemos tener fe, somos expertos en dudar. Tener fe ofrece posibilidades inimaginables que, me parece, hoy más que nunca, vale la pena practicar. El primer paso para tener lo que uno quiere (ver “Triunfar es cuestión de pagar el precio”) es ser muy específico en lo que uno quiere. Lo ideal es escribirlo, visualizarlo y agradecer a Dios cada día porque “ya lo tenemos”… Y DEJARLO IR, pues ya lo hemos puesto en manos de Dios. Esto último , es crucial; es decir, dejarlo ir, porque ya lo hemos puesto en las manos de Dios. Eso es practicar la verdadera fe: la seguridad absoluta de que Dios hará lo que es mejor para nosotros.

Agradecer de antemano lo que vamos a recibir es ingrediente de la verdadera fe. Es saber que nuestro ruego fue escuchado. Es, leí alguna vez, como buscar los huevos de Pascua. Sabemos que ahí están, que algunos serán fáciles de encontrar y otros habrá que buscarlos atrás de plantas o de alguna piedra, porque no están a la vista. Simplemente hay que seguir buscándolos… y divertirnos en el proceso.

Terminé de leer el libro “Matrix Energetics” que habla de curaciones milagrosas hechas por una persona que se autocalifica como “común y corriente”. El autor sustenta lo que hace en principios de Física Cuántica (un observador hace que las cosas existan … y, por lo tanto, observando y creyendo, puede lograr cambios en las personas), en ciertas técnicas y creo, aunque no usa la palabra, en tener gran fe. Como no describe las técnicas, no me queda más remedio que irme a entrenar para aprehenderlas y, tal vez, empezar a ser un “sanador”.

Por una de esas “coincidencias” de la vida (que no comprendemos, pero algo superior genera) hace un momento, hoy domingo, acabo de conocer a una persona especial. Maneja la energía y dedica su vida a curar, incluyendo a personas desahuciadas por la medicina tradicional. Podría calificarlo de “chamán”. Va a ser interesante observar que va ocurriendo con la relación que continuaré con mi nuevo amigo.
El momento que estamos viviendo demanda de nosotros una gran fe, un enorme entusiasmo, echarnos para adelante y ponernos en las mejores manos, las de Dios y su corte de Ángeles y Arcángeles.

¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!