domingo, 28 de junio de 2009

ACTITUD DEL GUERRERO(A)

actitud del guerrero(a)

Educación Trascendente # 466

Junio 28, 2009

Manuel Rodríguez Salazar

Algunas sugerencias – solicitadas a lectores de este mensaje – sobre temas que les gustaría encontrar en un libro son apabullantes. La siguiente, por su brillantez, profundidad y belleza justifica quedarse reflexionando en ella y dejar de hacer todo lo demás:

“… me encantaría encontrar un libro testimonial de quien se aventuró a desafiar su mente y cruzó a la otra orilla. Sobre todo las experiencias concretas en donde la perseverancia, la fortaleza, la gracia y todo lo que se requiere para cruzar dejen el mundo de los conceptos y nos hablen desde la experiencia de quien ha llegado. Me encantaría escuchar a un humano común en su vida cotidiana, con sus obstáculos y sus fortalezas, sus pensamientos, sus pasos... Creo que el testimonio verdadero es una fuente gigantesca de inspiración... Es padre cuando te encuentras con otros bichos raros que se atrevieron a creer y pusieron en marcha, encontrar analogías, saber si esos que llegaron al final del túnel eran tan humanos como uno, entonces la iluminación se vuelve posible. . . A los que andamos en el camino y nos asaltan las dudas o a veces hasta la desesperación, nos abre el camino el conocer que otros pasaron justo por ahí y nos animan con su historia.”

El “poema” anterior me recordó una novela que leí hace unos cincuenta años (Fuego de Primavera), porque menciona, refiriéndose a un poeta que no ganaba para vivir: “Lo que este hombre escribe en una página a un escritor le requiere todo un libro”.

Los siguientes comentarios intentan acercarse a la sugerencia transcrita arriba. A principios de mayo asistí a un taller para activar la glándula pineal, conocida de tiempo inmemorial como el “Tercer Ojo”. Posteriormente leí el libro “El Cielo está Abierto” (que describe el proceso de activación de esa glándula) de Fresia Castro y ahora estoy inmerso en su segundo libro “Surameris y el Cofre de los Secretos”, que narra vivencias de la autora que la llevaron a fundar Cyclopea Worlwide, organización cuyo propósito es impulsar la transformación de individuos comprometidos con servir para un mundo mejor (empezando por la activación de su pineal). A fines de julio asistiré al “Taller de la Montaña” que dirigirá Fresia, evento que me entusiasma porque, entre otras razones, podré tratar de cerca a una “guerrera” destacada, como evidencia su autobiografía.

Lo que más me ha impactado al leer la vida de Fresia – además de que escribe las cosas tal como son, sin maquillarlas – es el altísimo precio que ha pagado para realizar su visión. Teniendo una vida profesional exitosa, la abandona y vive dificultades, carencias, rechazos y sufrimientos a los que nunca permite desviarla de su meta. Su fe es inquebrantable a pesar de las pruebas terribles que enfrenta. Se pone siempre en las manos de Dios e, invariablemente, no siempre de inmediato, recibe apoyo de Arriba. Me reafirmo que en la vida todo es cuestión de ACTITUD. De aceptar que, aunque en distinto grado, todos enfrentamos momentos difíciles, una que otra tragedia (normalmente son pocas) y cada día múltiples incidentes buenos y malos. La enorme diferencia es cómo reaccionamos ante lo que nos presenta la vida, que es la esencia de nuestra actitud.

De vez en cuando repaso mi trayecto y agradezco haber recibido tantas bendiciones (incluyendo tragedias como la muerte de mi padre a los diez años), por el hábito de siempre estar aprendiendo y por intentar ser un “guerrero de la luz” como define Pablo Cohelo a las personas “muy comunes y corrientes”, que se mantienen en la lucha. Las siguientes son algunas características del guerrero de la luz que describe este gran autor brasileño y que me parecen muy alentadoras:

Ø “Los guerreros de la luz mantienen el brillo en los ojos… Están en el mundo, forman parte de la vida de otras personas, y comenzaron su jornada sin alforja y sin sandalias. Muchas veces son cobardes. No siempre actúan correctamente.

Ø Los guerreros de la luz sufren por cosas inútiles, tienen actitudes mezquinas y a veces se consideran incapaces de crecer. Frecuentemente se consideran indignos de cualquier bendición o milagro.

Ø Los guerreros de la luz no siempre tienen la certeza de qué están haciendo aquí. Muchas veces pasan noches en vela, pensando que sus vidas no tienen sentido. Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque se preguntan. Porque buscan una razón - y con seguridad terminarán encontrándola.

Ø Un guerrero de la luz estudia con mucho cuidado la posición que pretende conquistar. Por más difícil que sea su objetivo, siempre existe una manera de superar obstáculos. Él verifica los caminos alternativos, afila su espada y procura llenar su corazón de la perseverancia necesaria para enfrentar el desafío. Pero, a medida que avanza, el guerrero se da cuenta de que existen dificultades con las que no contaba. Si se queda esperando el momento ideal, nunca saldrá del lugar; ve que será preciso un poco de locura para dar el próximo paso.

Ø El guerrero usa un poco de locura. Porque, en la guerra y en el amor, no es posible prever todo. El guerrero de la luz sabe que la vida enseña a todos, aun cuando tarde algún tiempo. Trata a su prójimo de acuerdo con sus cualidades, y procura mostrar a todos de cuanto es capaz cada uno.

Ø Algunos compañeros comentan: "existen personas ingratas". El guerrero no se deja impresionar por esto. Y continúa estimulando a los otros, porque es una manera de estimularse a sí mismo.

Ø El guerrero de la luz sabe que es imposible vivir en un estado de completa relajación. Aprendió con el arquero que para disparar su saeta a distancia es preciso mantener el arco bien estirado. Aprendió con las estrellas que solo la explosión interior permite su brillo. El guerrero observa que el caballo, en el momento de vencer un obstáculo, contrae todos sus músculos. Pero él jamás confunde tensión con nerviosismo.

Ø Un guerrero de la luz es aquel que es capaz de entender el milagro de la vida, luchar hasta el final por algo que cree… Todos son capaces de esto… Y nadie se considera un guerrero de la luz, aunque todos lo sean... Un guerrero de la luz nunca olvida la gratitud. Durante la lucha, fue ayudado por los ángeles; las fuerzas celestiales colocaron cada cosa en su lugar y permitieron que él pudiera dar lo mejor de sí… Los compañeros comentan: ¡Qué suerte tiene! Y el guerrero muchas veces consigue más de lo que su capacidad permite. Por eso, cuando el sol se pone, se arrodilla y agradece al Manto Protector que lo rodea.

Ø Es curioso, comenta para sí el guerrero de la luz. Cuanta gente he conocido que esconde la fuerza interior detrás de la agresividad; disfrazan el miedo a la soledad con aires de independencia. No creen en su propia capacidad, pero viven pregonando a los cuatro vientos sus virtudes.

Ø El guerrero de la luz jamás es dominado por las tempestades de la existencia; tiene fuerzas para vencer las dificultades y salir adelante. Un guerrero de la luz respeta la enseñanza principal del I Ching: “La perseverancia es favorable”. Él sabe muy bien que existen épocas en que los combates se prolongan más allá de lo necesario, agotando sus fuerzas y debilitando su entusiasmo… Entonces se concede una tregua. Persevera en su voluntad, pero sabe esperar el mejor momento para un nuevo ataque. Un guerrero siempre retorna a la lucha… Con frecuencia se ve ante los mismos problemas y situaciones que ya había afrontado; entonces se deprime, pensando que es incapaz de progresar en la vida, ya que los momentos difíciles reaparecen. ¡Ya pasé por esto!, se queja él a su corazón. “Realmente, tú ya lo pasaste – responde el corazón – pero nunca lo sobrepasaste.” El guerrero entonces comprende que las experiencias repetidas tienen una única finalidad: enseñarle lo que no quiere aprender.

Ø Un guerrero puede bailar en la calle mientras se dirige al trabajo, mirar a los ojos de un desconocido y hablar de amor a primera vista, defender una idea que puede parecer ridícula… No tiene miedo de llorar antiguas penas ni de alegrarse con nuevos descubrimientos… Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él.

Ø El guerrero de la luz recuerda un fragmento de John Bunyam: “Aun cuando haya pasado por todo lo que pasé, no me arrepiento de los problemas en que me metí, porque fueron ellos los que me condujeron hasta donde deseé llegar. Ahora, todo lo que tengo es esta espada, y la entrego a cualquiera que quiera seguir su peregrinación. Llevo conmigo las marcas y la cicatrices de los combates; ellas son testimonio de lo que viví y recompensas de lo que conquisté.” ¡¡¡ feliz semana !!!