viernes, 11 de septiembre de 2009

El escuchar “desconocido”

El escuchar “desconocido”
Educación Trascendente # 474
Septiembre 6, 2009
Manuel Rodríguez Salazar

La palabra escuchar la utilizamos tan frecuentemente que pareciera que escuchamos tan bien como oímos. La verdad es que la mayoría cree o supone que sabe escuchar. Normalmente escuchamos sujetos a múltiples distracciones, incluyendo estar juzgando / opinando o criticando, en silencio, lo que dice el que habla; pensando qué contestarle cuando termine o – no es insólito – tener la mente en lugares o situaciones muy lejanos al sitio en que nos encontramos en este momento. Son excepcionales quienes realmente escuchan profundamente. Los resultados de ese escuchar son tan valiosos que, desarrollar esa disciplina, representa una habilidad poderosa en la vida.

Comunicar significa: “compartir algo, poner en común” y, como bien sabemos, la comunicación que se practica, las más de las veces, “no pone las cosas en común” a los involucrados. Por su trascendencia, escuchar a profundidad, será un capítulo relevante y de gran aplicación en el libro “Comunicación Poderosa, alcances y posibilidades” que estoy escribiendo y disfrutando.

Algunos resultados de escuchar profundamente:

Ø Favorece buenas relaciones en la familia, en el trabajo y en otros ámbitos sociales.
Ø Genera confianza, propiciando que las cosas se digan oportunamente y como son.
Ø Ahorra tiempo porque hay menos malas interpretaciones y, cuando surgen problemas, se resuelven a tiempo y de la mejor manera posible.
Ø La persona que se siente escuchada tiene una experiencia que juzga como extraordinaria, como algo especial.
Ø Quien escucha a profundidad percibe más de lo que captaría con el escuchar habitual. Por ejemplo, puede percibir las emociones que experimenta quien está hablando (aunque quien habla probablemente no se dé cuenta de lo que está experimentando), cómo se siente y hasta lo que está pensando pero no dice. De ahí que un filósofo judío vienés, refiriéndose a la interioridad, afirmó: “No hay nada oculto”… para quien escucha profundamente.
Ø No es raro que quien se siente escuchado, comprendido y respetado profundamente se motive a decir lo que no diría en condiciones normales, incluyendo sus “secretos” muy personales.
Ø Quien se siente escuchado profundamente experimenta tranquilidad y un gran acercamiento con quien lo escucha, porque siente que realmente le importa como persona. En este aspecto, en mi opinión, un ingrediente clave del escuchar profundo es el amor, vibración elevada que, invariablemente, aunque en distinto grado, es percibida por los demás.
Ø Quien escucha profundamente, mientras aplica esa disciplina, es una mejor persona; experimenta un crecimiento como ser humano e incrementa su capacidad de percepción y de concentración. Después de un tiempo de aplicar este método puede llegar a comprender más a quienes lo rodean y a sí mismo.
Los resultados arriba bosquejados son de enorme valor, porque gran parte de lo que se logra en la vida es resultado de la habilidad para tratar a los demás. Quien crea el hábito de escuchar a profundidad se “posiciona en ligas mayores”.

La siguiente anécdota de alguien que conoció a Sigmund Freud evidencia la experiencia a da lugar quien es escuchado profundamente:

“Me impactó tan poderosamente que jamás lo olvidaré.
Tenía una mirada suave y cordial; su voz era tenue y amable; gesticulaba poco, pero la atención que me dio, su aprecio por lo que yo decía, aunque yo me expresara mal, era extraordinaria. No tienes idea de lo que ser escuchado así significó para mí.”

La siguiente tabla es representativa:

MODO DE COMUNICACIÓN
AÑOS FORMALES DE ADIESTRAMIENTO
PORCENTAJE DE TIEMPO QUE SE APLICA
ESCRIBIR
12 AÑOS
9%
LEER
6 A 8 AÑOS
16%
HABLAR
1 A 2 AÑOS
30%
ESCUCHAR
UNAS CUANTAS HORAS
¡EN EL MEJOR DE LOS CASOS!
45%

En la primera parte del libro en que estoy enfrascado, don Manuel solicita a los cinco interesados en aprender a comunicarse poderosamente – como tarea previa a su primera plática sobre el tema – que analicen a profundidad las consecuencias de la comunicación ineficaz en las relaciones interpersonales: la familia – pareja e hijos, líderes / colaboradores, en las empresas, así como el impacto que acarrea la comunicación torpe con uno mismo(a). La primera conclusión de sus “discípulos” es que una buena parte de los “fenómenos” de comunicación y de las consecuencias de hacerlo mal tienden a ser los mismos en las relaciones de familia – pareja e hijos –, en el liderazgo, en las empresas y hasta en lo social”.

ALGUNAS CONSECUENCIAS DE NO SABER ESCUCHAR:

Ø Calidad y resultados en la vida menores a los posibles.
Ø Ignorar lo que otros saben nos ayudaría a ser mejor (ser humano, padre, jefe, colega…).
Ø Problemas críticos que no se resuelven del todo o se solucionan mal o a medias.
Ø Llevar a cuestas “costales” con resentimientos, remordimientos y otros problemas.
Ø Desarrollar limitadamente el potencial individual.
Ø Quedarnos “cortos” en las aportaciones que hacemos a la familia, empresa, comunidad, país…
Ø Liderazgo, trabajo en equipo, servicio a clientes internos y externos, productividad y rentabilidad mucho menores a los posibles.
Ø Los ejecutivos que no saben escuchar – que abundan – hacen daño y elevan costos a su empresa... porque sus colaboradores, desde siempre, no se atreven, por miedo, a comunicarles sus errores.

“Escuchar atentamente y responder bien es la perfección máxima
que podemos alcanzar en el arte de la conversación”
Francois de La Rochefoucauld (1613 - 1680)

¡¡¡ feliz semana !!!